Día grande en decenas de ciudades españolas. La ciudadanía salía a la calle para decirle al imberbe gobierno de Mariano Rajoy que no quiere la precaria reforma laboral que destroza décadas de lucha obrera sirviéndole a la patronal (que por cierto no pueden ocultar el gozo que les ha creado esta «agresiva» reforma) la cabeza de los trabajadores.
Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Zaragoza, Gijón y una larga lista llenaron sus calles con jóvenes, no tan jóvenes y abuelos engalanados con sus banderolas y pancartas que pedían justicia social. Ciudadanos anónimos que clamaban por no perder lo conseguido al amparo de una crisis que no es culpa del pueblo sino de los organismos, entidades financieras y partidos políticos que actúan a base de la imposición del terrorismo político.
Así que por mucho empeño que ponga la prensa conservadora de esta país en desprestigiar lo que sucedió el domingo en las calles de toda España no es ni más ni menos que un rotundo éxito de la ciudadanía. Si, la ciudadanía. Ni sindicatos ni organizaciones, simplemente personas que ya no tienen miedo de protestar sino de quedarse sentados en casa mientras nos destrozan la vida. Leer más de esta entrada